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La novia de mi hermano ( Parte 2)

Logre localizarlo, pues llame al celular que aparecía en su perfil, “Necesito hacerte unas preguntas” le dije sin siquiera saludarlo, recordó mi voz, supongo, porque me dijo de inmediato que me vería en el lugar donde trabajaba. Fui a verlo con mucha prisa, no porque me importara mi hermano, no porque me había quitado a mi ex novio, sino porque esa chica estaba jugando un papel que no era el suyo y yo la iba a desenmascarar.
Le conté todo lo que había ocurrido, se quedó atónito, muy sorprendido, pensó que la fecha de su muerte era demasiado reciente como para que aparecieran impostoras, debe ser una persona muy tonta sugirió, al contrario, le dije, es una de las empresarias más exitosa del Perú, se forra en billetes. Pondré la denuncia, dijo muy desanimado, pero antes quiero conocerla.
Y así fue como se la presenté en la ceremonia de compromiso de mi hermano y María Gracia, si, apenas se conocían y ya se iban a casar; llegamos al salón y lo primero que hice fue buscarla con la mirada, ahí estaba ella, preparándose para cantar, bueno al menos tenía el mismo hobby que la verdadera María Gracia
Termino su melancólica canción, la salude con la mano desde lejos para que notara mi presencia y se acercará hasta donde estábamos sentados los dos, y se la presente, ella lo saludo como si no lo conociera, pero él se quedó atónito, paralizado, tartamudeaba cuando intento decir algo, y fue muy torpe con sus movimientos. Cuando se fue me confesó que ella era su esposa y que en verdad no había muerto, le dije que no se parecía físicamente, pero él dijo que era ella misma. “No se puede casar con tu hermano”, vociferó, “Ella es mi esposa, seguro no murió y perdió la memoria o tal vez es su hermana gemela, necesito hablar con ella” fue lo último que dijo antes de pararse y salir a toda prisa.
Lo seguí por los pasillos y traté de convencerlo, ella no es tu esposa, es una impostora, trata de timarnos deberías defender la honra de tu mujer. “Ella es mi mujer”, gritó, haciéndose notar, tú solo estás celosa, eso me fastidió, aunque no era cierto, él nunca me importo tanto. Todos se acercaron a mirarme impresionados, me di cuenta de que hacia el ridículo y me fui, él se retiró tirando la puerta de golpe.
Entre en una habitación, atrás de mí estaba María Gracia, ¿Por qué dijiste todo eso? Soy su ex esposa solo actué como si no lo conociera, dijo molesta, eso no es cierto, ya deja de mentir, le refuté enseguida. ¿Él es Fernando López verdad?, era cierto él mismo era. ¿Ves que soy yo?, ahora puedes prestarme algo de maquillaje necesito retocarme un poco, le dije que no lo tenía a la mano, y me fui a simular estar interesada en la fiesta, pronto le llegarían los chismes a mi hermano del show que arme y me odiaría más de lo que ya me odia, me senté en una mesa sola y pedí algunos bocaditos, ella estaba entablando conversación con casi todos, no entiendo como nadie sospechaba del porqué no había traído a nadie de su familia, se aseguró que todos creyeran que Vivían en Colombia y México. Paso un buen rato y ya no sentía el compromiso de quedarme más tiempo en la fiesta mucho menos las ganas así que decidí subir a mi habitación, la puerta estaba entre abierta y rápidamente pude distinguir su figura, era ella y estaba hurgando entre mis cosas, estaba cansada de encararla, pero lo hice otra vez, “¿Qué es lo que buscas? Aquí no hay nada tuyo” le grité, es mío, dijo amablemente y medio burlándose. Tenía en sus manos un neceser rose gold que pronto recordé en el guardaba algunos recuerdos, presentí algo malo y he intenté arrebatárselo pero se apartó de inmediato y me dijo fijamente a los ojos, dijiste que lo compartiríamos, no sabía a lo que se refería, no entendía nada, jamás le dije eso, forcejeamos un buen rato como dos niñas pequeñas, la discusión fue lejos de la mirada del público, es más creo que no había nadie cerca de nosotras, de tanto forcejear cayeron las cosas y rodaron, cogí la cosa roja a la que siguió sus ojos y le dije, ¿Esto qué es?, “No lo hagas”, por instinto le di cuerda, de pronto se formó un túnel a mi alrededor, todo se movía a mi alrededor, menos yo, ¿Qué era esto?, ¿Realmente esto era?…había visto millones de películas, y con locura alguna vez desee tener una máquina del tiempo, pero en el momento en que viajaba sentí un temor inexplicable, un frío intenso con una energía que te dirige sin tener salida, solo te puedes dejar llevar, solo le di 3 vueltas, y mientras viajaba me preguntaba en que momento perdería la memoria, de verdad lo deseaba y a la vez no, fue un grave error darle cuerda, ¿Y si caía en el futuro y los robots me hacían añicos?, ¿O en el pasado y podían creer que soy una bruja por la ropa que llevo puesta, me matarían?, por suerte creo que solo adelante o retrase algunas horas, estaba oscuro y estábamos solas, paradas en el mismo lugar, ¿Por qué ella no había desaparecido?, me pregunté, mientras la empujaba fuera de mi habitación y forcejaba para cerrarla, ella empuja con todas  sus fuerzas casi no logro, pero la deje afuera, ¿Me quedaría con el reloj para siempre? No lo sabía pero en manos de ella no estaba seguro, así que me puse ropa cómoda y lo menos llamativa posible, para que en la época que cayera no llamara la atención, lleve ropa interior y todo lo que se necesita para un viaje, iría a mi infancia quizá, siempre quise viajar al pasado, ella seguía afuera aturdiéndome azotando la puerta, eche doble seguro a la habitación, necesitaba pensar, desde afuera me decía: No lo vuelvas a hacer es peligroso, por favor devuélvemelo imploraba, cerré, las ventanas aunque luego no sabía cómo escaparía, le di vuelta otra vez, pensé en darle 33 vueltas mi número favorito pero pensé que muchas serian muchos años al futuro o muchos años al pasado y eso daba escalofríos, yo solo quería retroceder algunos años, así que le volví a dar cuerda, esta vez 5 veces, me di cuenta de que esta vez había más luz y la gente empezaba a llegar, había atrasado unas horas esta vez, y ya estaban llegando los invitados, no entendía cómo funcionaba esto, ella pronto derribaría la puerta, me senté en el suelo dejando caer mi espalda contra la puerta, estaba  atemorizada, pero decidí enfrentarla aunque sin mirarla, pensar de donde había podido llegar me generaba escalofríos, le dije asustada, conversemos, ¿Quién eres?, Sin dudarlo rápidamente respondió: Soy una mujer de 1945.
Continuará... 


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